Las Obsesiones son pensamientos recurrentes y persistentes que siente el individuo y que le pueden llegar a provocar ansiedad. Cuando aparecen, la persona bien trata de no pensar o bien intenta tranquilizarse buscando respuestas a sus preguntas.
Estas obsesiones con el tiempo, pueden llegar a generar un gran malestar y llevar a la persona que lo sufre a hacer determinadas acciones repetidas (rituales) con el único fin de aliviar esta ansiedad y aplacar la obsesión.
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Todo ello, no son más que soluciones intentadas para evitar estos pensamientos obsesivos, e intentar controlar pensamientos recurrentes y lo único que conseguimos es que se instauren en nuestra cabeza con más fuerza.
Obsesiones Compulsivas
La persona trata de llevar a cabo acciones o rituales de determinada manera, para librarse de la obsesión. Estos rituales funcionan tan bien que al final la persona no puede renunciar a ellos. Funciona bien porque en cuando la persona hace el ritual, el miedo disminuye. Esto funciona tan bien que la persona no puede dejar de hacerlo y con el tiempo va aumentando el numero de rituales.
Las compulsiones son el control, demasiado conseguido, al que la persona no puede renunciar. El exceso de control siempre lleva al descontrol. En el momento que el individuo se encuentra con una situación en la que no puede ejercer su control, los esfuerzos por controlar le llevan a un gran descontrol que le puede sumir en una fuerte crisis.
Las compulsiones pueden ser frases mentales, imágenes o acciones a realizar en determinados momentos.
Obsesiones sin Compulsiones: Tratar de no pensar es pensar el doble
Probablemente, muchas veces hemos escuchado o incluso dicho: “no se me va de la cabeza esto” o “Estoy obsesionado con…”. Cuando algo nos preocupa de veras, normalmente ocupa gran parte de nuestros pensamientos a lo largo del día, incluso si hacemos actividades para distraernos y no pensar ello.
Estos pensamientos intrusivos crean una sensación de inquietud o amenaza. Normalmente suelen aparecer en forma de dudas o dificultad para tomar decisiones, también pueden estar relacionados con el miedo a la pérdida de control, a hacer daño a si mismo o seres queridos, a sufrir accidentes, o de contenido sexual y también englobamos aquí las obsesiones relacionadas con el miedo a las enfermedades. Un ejemplo de esto podría ser; ¿Y si el médico no me ha hecho las pruebas suficientes y tengo una enfermedad no diagnosticada?
Una de las particularidades de las Obsesiones sin Compulsión, es que son pensamientos que se repiten una y otra vez hasta la rumiación. La persona se pasa el rato rumiando cuando el pensamiento la invade y entra en un bucle de preguntas y respuesta sin fin. “¿Habré ido al médico a tiempo?”, “¿Le habrá molestado lo que le dije?, “tendría que decidir esto o aquello?”, “¿podría ser capaz de hacer daño a mi hija?”. Tratamos de encontrar respuestas a las preguntas que nos hacemos, para tratar de sosegarnos y el efecto es justamente el contrario.
El estado de ánimo contribuye de manera directa en los pensamientos, si el estado de ánimo es negativo aparecerán una mayor frecuencia de pensamientos y rumiaciones.
En definitiva, se trata de una lucha constante interna que tiene el sujeto. Por un lado, está el control extremo de sus pensamientos y por otro, el rechazo o evitación de éstos.
Psicóloga Zaragoza para tratar Obsesiones
La solución para las obsesiones se encuentra en inhabilitar el problema y no en la búsqueda de respuestas. Es la eliminación de la forma y no del contenido.
Con la Terapia Breve Estratégica logramos anular el círculo vicioso que sea crea con la búsqueda de respuestas correctas a preguntas incorrectas.
Exploradora y constructora de realidades. Acompañante en la gestión de emociones. Emprendedora. Inquieta. Hortelana. Madre equilibrista.